viernes, 10 de diciembre de 2010

CUENTOS COLOMBIANOS

El cipas DAYUYU, te invita a leer los siguientes cuentos cortos en los géneros de
·         INFANTIL
·         CIENCIA FICCION
·         FANTASTICO
·         HUMOR

Escritos por Colombianos para el mundo.
Genero INFANTIL
El sol y la luna se van a casar
Jaime Eduardo Castellanos Villalba

papá ratón llegó contando, que el sol y la luna se van a casar

mamá ratona dijo, que ese matrimonio no duraría, porque separado el sol de la luna siempre estaría

abuela ratona dijo, que tendrían como hijas las estrellas e hijos los cometas y como padrinos ella quería, fueran los planetas 

el ratoncito mayor dijo, que todos estaban equivocados, porque el sol se casaría con una “sola” y la luna con un “luno”, el sol tendría hijos, pero con tantos, con noche no quedaría lugar alguno 

grillos, sapos, renacuajos, ranas y búhos, no tendrían mas noches para cantar y por eso el ratoncito mediano se puso a llorar 

papá ratón llamó a la cordura, pues no había pareja para ellos, porque no se conocía ningún otro sol, ni otra luna, quizás en otra galaxia, pero mas de cien mil años esa búsqueda dura

y para terminar esta querella, el ratoncito mas pequeñito sueña, con que la luna se enamore de una estrella y el sol de una flor bien bella





Genero CIENCIA FICCION

MIS TEMORES
Martha Rodríguez



Estoy tan cómoda, un calorcito suavecito me llena, ah, me amodorra, uhmmmm.... tengo sueño. Que será lo que ella siente, cuando a mi se me da por chuparme el dedo a ella se le alborota la gana de pegarle a alguien, no sabe explicarlo, a mi me da pena ser la culpable de su rabia.... porque es culpa mía. Claro que alguna vez la escuche llorar pasito y dijo que no era yo, sino él, Juan el culpable. No supe cómo preguntarle ¿quién era ese tal Juan?
Lleva varios días quejándose de cansancio, dice que le duele, que no va a aguantar más y aún cuando sigue repitiendo que no es por mí, ya empiezo a sentir algo extraño, ya no estoy tan cómoda, ya sus lágrimas me empiezan a causar algo parecido a lo que ella siente cuando llora, pero no se que.
Hoy si he estado... ¿cómo dice ella? ah... si agobiada, suena tan grande por eso aunque no se que quiere decir, me lo apropio, debe ser algo muy incomodo y siento que me va a quitar todo éste bienestar, esta tranquilidad que ella me da.
La voz que vengo escuchando no me gusta, le habla quedito, con dulzura, parece querer convencerla de algo y presiento que no es algo bueno para mí. Hoy, precisamente hoy la oí llamarlo Juan... lloro de nuevo y sus lágrimas son ahora la causa de mis temores.


Genero FANTASTICO
El forastero
Luisco
-¿Estará muerto? Preguntó en voz alta un suricato curioso que asomaba su cabeza por sobre las gramíneas, refiriéndose al inmóvil jaguar que yacía a la orilla del estanque habitado por hipopótamos y cíclidos.
-¿Qué es?... fue aún más acertada la pregunta de un babuino que escuchó la primera pregunta.

En la explanada de la sabana africana, era difícil ignorar aquella aparición extraña e inusual, tanto para grandes felinos, como para mamíferos e incluso primates.Indiscriminadamente, la curiosidad asaltaba a elefantes, leones y cebras, que miraban en dirección de la insólita presencia, pero sin atreverse a dejar atrás sus manadas por unos instantes, para satisfacer su propia curiosidad.

Un hipopótamo decidido, cruzó lentamente la laguna desde la orilla contraria, para examinar un poco más de cerca la extraña figura. Cuando se halló cerca, irguió su cabeza para echar el mejor vistazo que alguno de los animales haya echado hasta ese entonces, pero su desconcierto fue aún mayor al mirarlo de cerca, definitivamente observar a la inusual estampa, era una labor inoficiosa, con la que no se conseguiría nada. A excepción de los diminutos insectos que se posaban sobre el exótico jaguar, ningún animal concebía la posibilidad de acercársele. La sabana africana nunca había tenido un huésped tan inusitado, o por lo menos no esta sabana en particular.

Con el transcurrir de los minutos, la curiosidad se convertía en desconcierto, y en un instante dado, el desconcierto se convirtió en asombro, cuando un buitre atrevido se posó inesperadamente sobre la peculiar figura, que ya se había convertido en el centro de atención de toda la planicie, sin que el personaje central se inmutara con la presencia del ave sobre sí; lo que convenció a todos los curiosos de que se trataba de una entidad inerte, perdiendo así el interés por la criatura.

Los oriundos se acostumbraron a la anómala presencia que los acompaña desde aquél día, pero nunca pudieron descifrar de donde provino aquel flamante coche deportivo.
Genero HUMOR
Don Ricardo Arrieta y su familia   Manuel Ibarra
Había una vez un campesino de nombre Ricardo Arrieta, quien vivía con su mujer en una granja, en las afueras del pueblo la Quebrada. Dedicado a la agricultura había tenido varios hijos a los cuales llamaba según el nombre de los animales que tenía en la hacienda, a pesar de los reproches de su esposa, por ejemplo al hijo mayor lo llamaba el burro porque este nunca quiso asistir a la escuela del pueblo, a su segunda hija la llamaba cariñosamente la cochinita porque estaba muy gorda y cachetona, al tercer hijo lo llamaba el loro, porque nunca paraba de hablar y al hijo más pequeño de apenas dos años de edad, lo llamaba el sapo, porque en vez de caminar, se la pasaba saltando de un lado a otro. Un día mientras realizaba unas compras en un negocio del pueblo, don Ricardo se encontró con la maestra Juliana, quien le sugirió enviara los niños al colegio, a lo que el anciano agricultor respondió: ¡Bueno mí estimada maestra para complacerla, el próximo lunes le enviaré muy bien bañado al burro, para ver si me le enseña algo!. La maestra Juliana abrió los labios de par en par al escuchar lo que el anciano le había dicho y muy molesta, pensando que le estaba jugando una pesada broma le respondió: ¡Mire señor, como se le ocurre tan semejante cosa, como es eso que me va a mandar un animal al colegio!.Don Ricardo muerto de la risa le respondió: ¡No se moleste maestra, no se me ponga brava, mire yo llamo burro a mí hijo mayor, porque él nunca ha querido asistir a la escuela!.Entendiendo la situación, la maestra Juliana exclamó: ¡Por favor señor recuerde que tiene que llamar a sus hijos por sus nombres!. Don Ricardo nuevamente soltó una carcajada y le respondió: ¡Caramba maestra, mire es una tradición de mí familia llamarnos así, por ejemplo mí papá que en paz descanse, acostumbraba llamarme el mocho, porque cuando pequeño accidentalmente me corte un dedo de mí mano derecha!. Sorprendida la maestra continuó escuchando el relato de don Ricardo: ¡Yo recuerdo maestra, que la pelona siempre le reclamaba a mí papá esa actitud!. Por simple curiosidad la maestra juliana interrumpió para preguntar: ¿Quién era la pelona?. Don Ricardo respondió: ¡Mí difunta madre!. Un largo suspiro salió de la garganta de la maestra y estaba a punto de marcharse cuando don Ricardo le dijo: ¡Bueno maestra mí compromiso es enviarle a los muchachos al colegio, eso si primero tengo que consultar con la bruja, para que ella me de también su consentimiento!. Al escuchar aquella afirmación, el rostro de la maestra juliana se puso rojo como un tomate y exclamó: ¡Mire mí don, yo soy muy cristiana y no acepto que usted me diga tal barbaridad, como es eso que para enviar a sus hijos al colegio, primero tenga que consultar la opinión de una bruja!. Don Ricardo volvió a sonreír y respondió: ¡Disculpe maestra, espere y le explico, Yo llamo la bruja a mí mujer, la madre de mis hijos!. Nuevamente la maestra Juliana respiró con tranquilidad y en silencio pensaba que aquel señor era todo un caso y estaba a punto de salir del negocio, cuando escuchó a don Ricardo decir: ¡Bueno mejor me marcho a la cueva, ese relámpago en el cielo está anunciando un palo de agua, la otra noche la bruja me dijo que no saliera y yo no le hice caso, me fui para un baile en el pueblo, de regreso me agarró un aguacero que me mojó hasta el cogote, ese otro día me dio una pulmonía y hasta ahora estoy sufriendo de un catarro que no se me quita y eso me pasó por no hacerle caso a la bruja, mejor me marcho!. Casi al mismo tiempo la maestra Juliana y don Ricardo se marcharon a sus casas, ambos iban pensando en los pormenores y detalles de aquel día y de la peculiar conversación que habían tenido.

2 comentarios:

  1. UN CUENTO DE CADA GÉNERO, PARA QUE ESCOGAS EL DE TU PREFERENCIA

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  2. Como escritor Venezolano de Cuentos infantiles en la WEB, deseo dar las gracias a Dayuyu, por la publicacion de uno de mis cuentos más queridos "Don Ricardo Arrieta y su familia". Mil gracias. Atte. Autor. Manuel Ibarra.
    Caracas/Venezuela.

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